Guiamos ao xornalista Xoán Leiro nunha reportaxe pola ría de Vigo seguindo a pegada da batalla de Rande, o Nautilus e as visitas do escritor
A Sociedade Jules Verne de Vigo guiou a un equipo de Televisión Española para seguir a pista do Nautilus do capitán Nemo pola ría de Vigo, nunha reportaxe especial do programa España Directo, gravada e emitida o pasado luns 6 de xullo de 2020.
Eduardo Rolland acompañou ao xornalista Xoán Leiro nesta viaxe a bordo do buque El Audaz, que navevgou polos escenarios da batalla de Rande e visitou na illa de San Simón a estatua dedicada ao capitán Nemo.
O veleiro era unha edición limitada, estilo ketch, ou queche, construído nos prestixiosos estaleiros ingleses Moody no ano 1974. Ten unha eslora de 44 pés, unha manga de 4 metros e un puntal de 3 metros. Leva montado un motor diesel Perkins de 67 CV e dispón de 2 mastros que lle permiten navegar coas #ver génova, maior e mesana.
Ao longo de 10 etapas percorre nas súas reportaxes 100 leguas mariñas (300 millas náuticas) desde Vigo ata Camariñas. E a de Vigo estivo centrada na relación entre o escritor nantés e a cidade olívica.
A Sociedade Jules Verne de Vigo, asociación cultural fundada no ano 2012 para estudar e difundir a relación entre o escritor e a cidade, colabora de novo con TVE, que xa no ano 2019 fixo unha reportaxe especial en España Directo sobre este tema.
Ademais, tamén no ano 2019, a prestixiosa canle europea ARTE TV realizou un documental sobre Jules Verne e Vigo na que participaron membros da nosa Sociedade, como a escritora Ledicia Costas, o historiador Antonio Giráldez Lomba e o xornalista Eduardo Rolland.
El 18 de febrero de 1868, el Nautilus quebró las aguas de las islas Cíes para adentrarse en la ría y rescatar en la ensenada de San Simón la plata de los galeones de Rande. Lo cuenta con detalle Jules Verne en el ya célebre capítulo titulado En la bahía de Vigo. Se trata de uno de los pasajes capitales de ‘20.000 leguas de viaje submarino’.
Noticia en Faro de Vigo.
Una década después de publicar su novela, Verne visitaría la misma ría de Vigo. Y aquel mes de junio de 1868 se comportaría como un vigués más. Hasta el punto de que asistió a dos clásicas citas de la ciudad: la fiesta de la Reconquista y la procesión del Cristo de la Victoria.
Verne visitó Vigo en 1878 y 1884. En ambas ocasiones lo hizo a bordo de su lujoso yate, el Saint Michel III. Y que gracias a las notas de viaje del escritor, que vieron la luz en 2014, podemos documentar en detalle todo lo que hizo el novelista francés durante sus estancias en la ciudad olívica.
«Ya hablaré con usted de los lugares que visitamos; todo es verdaderamente hermoso. Vigo, Lisboa, muy hermosas, de verdad, y nos acogieron muy bien por todas partes». Así lo escribió Verne en una carta a su amigo y editor Pierre-Jules Hetzel, datada en la capital portuguesa el 6 de junio de 1878. Hacía solo dos días que había dejado atrás la ciudad gallega y todavía seguían en su cabeza las impresiones de la visita.
El autor de 20.000 leguas de viaje submarino se enamoró de Vigo. No cabe duda ante los documentos inéditos rescatados por el investigador italiano Piero Góndolo della Riva, el mayor especialista mundial en Verne. Estos documentos revelan que Verne pasó cuatro días, del 1 al 4 de junio de 1878, en los que se integró plenamente en la vida local.
Verne asistió a las fiestas de la Reconquista y a la procesión del Cristo de la Victoria
El escritor francés había llegado el sábado 1 de junio de 1878, acompañado en su yate por su hermano Paul, su sobrino Maurice, el diputado Raoul Duval y el hijo de su editor, Jules Hetzel jr. El mal tiempo reinante le obliga a hacer una escala que se prolongará durante cuatro días y en la que disfrutará enormemente de Vigo y de su vida social en la época.
La primera sorpresa es que Vigo está en fiestas. A finales del siglo XIX, la Reconquista se celebra el primer fin de semana de junio, al igual que la procesión del Cristo de la Victoria. Actualmente, se festejan el 28 de marzo y el primer domingo de agosto, respectivamente. El escritor de Nantes anota en su cuaderno de viaje: «Fiesta por la independencia recobrada en 1809 sobre los franceses. Fuegos de artificio. Música. Admisión al Casino. Iglesia reciente, murmullos, no hay sillas». La «iglesia reciente» es sin duda la colegiata de Santa María, en el Casco Vello, cuyas obras habían concluido cuarenta años antes, en 1838.
Jules Verne.
El domingo, 2 de junio, dará a Verne la ocasión de conocer la ensenada de San Simón y, por tanto, el escenario de la Batalla de Rande que él mismo describió en 20.000 leguas de viaje submarino. «Domingo, 2 de junio. Paseo matinal a las 6 horas con Pierre. Barco de vapor. Fondo de la bahía. Galeones. Vista. Un verdadero fiordo. Graneros de maíz. Naranjos. Retorno a bordo». Los hórreos y los naranjales llaman la atención del escritor. Tras almorzar a bordo, Julio Verne visita al gobernador de Vigo y conoce la campiña viguesa: «Ayudante de campo del gobernador. Almuerzo de ceremonia a bordo. Desembarcados 2 horas. Coche. Visita al gobernador. Su mujer, sus oficiales, su villa. Paseo en coche. El valle. El mar».
Por la noche, cenan en la fragata Flore y desembarcan para contemplar la procesión del Cristo de la Victoria. Verne anota todo telegráficamente en su cuaderno: «Con el cónsul. Cargamos carbón. Cena a bordo del Flore. Comedor de oficiales. Siete salvas de cañón por el cónsul. Noche. En la casa del cónsul. Procesión. Mujeres sobre las rodillas durante cuatro horas. De 4 horas a 8 horas. Retorno a bordo. Mujeres con colores vistosos, amarillo, rojo y verde».
El diputado Edouard Raoul Duval se extiende con más detalle en una carta que envía a Francia narrando su estancia en Vigo: «La noche nos reservaba otra sorpresa: la ?procesión de las luces?. Imagínense toda una ciudad, de diez a quince mil personas al menos, llevando cada una un cirio y marchando en dos filas; en medio de la ceremonia religiosa amenizada por unos querubines, el general y sus oficiales, la custodia llevada sobre los hombros de los jueces del tribunal de Comercio, etc. Lo más curioso eran dos fieles que se habían ofrecido con alguna promesa y que andaban de rodillas con un cirio en una mano y un bastón en la otra».
Verne paseaba cada día hasta la fortaleza de O Castro y leía la prensa en el café Suízo
Duval emplea la expresión torche para la procesión. Literalmente, sería la procesión de las antorchas, aunque se entiende que quiere transmitir una expresión similar a «procesión de las luces», en alusión a los cirios que posteriormente sí citará.
El día anterior, Verne y sus acompañantes ya habían disfrutado de la verbena popular en el campo de Granada, frente a donde está hoy la praza do Rei. Así la describe Duval: «Por la noche, en el paseo hay música y fuegos artificiales. Bajamos a tierra con el comandante de La Flore, que desde ese momento no se separó de nosotros de una manera tan generosa que nosotros nos dejamos llevar con mucho gusto. Encontramos de todo en la bahía de Vigo, incluso el esqueleto de una enorme ballena, pescada en alta mar unos días antes, en el lugar de la fiesta, muy bien iluminada con farolillos; hay una multitud tan grande que parece que estamos en una ciudad de 150.000 almas cuando en realidad son 15 o 16.000 (…) Hay dos bandas de música subidas sobre tarimas, fuegos artificiales de los más bellos, cantidad de bombas de todo tipo, tres obras montadas sencillamente cada una de ellas como un drama en varios actos con cambios de decorado a la vista».